Tranquilo caminas el sendero que llega al horizonte...
Mirando los arboles al pasar junto a ellos, viendo como el cielo se torna de colores al pasar del tiempo, asombrado de saber que no eres el único que camina para llegar a quien sabe donde y esperando cruzar caminos con alguien más.
Sigues andando, no importa cuantas cuestas subas o zanjas saltes, jamas miramos los defectos del camino, nunca nos detenemos. Dejamos de lado lo que vuelve pesado nuestro andar, y soltamos aquello que quiere ir por otro sendero, uno propio.
Sin importar que sea, lo guardamos todo, lo amargo, lo feliz, lo único e irrepetible, lo cotidiano y monótono, eso que de verdad amamos, lo que siempre miraremos por terror, aquello que devasto nuestro ser y lo que recupero nuestra fe en algo.
Pero no caminamos por llegar al final, no...
Lo hacemos para pasar todo lo mencionado antes, Para tener anécdotas que compartir, sufrimientos que comprender, dolores que sanar, tratar de hacer durar nuestra felicidad por siempre. Por que sin todo eso y más... solo seriamos unas criaturas cotidianas, de esas que puedes describir simple y llana mente con una frase.
Y podemos negarlo todo, saltar a otro camino, dar media vuelta y correr en sentido contrario...
Pero jamas nos quedaremos quietos, nunca pararemos por que el día que esto suceda... sabremos que ya no estamos con vida, que llegamos al final del camino, a nuestro horizonte.
Mau-Zen.