No importa cuánto corra en el fango, este solo tiene un propósito implacable que al final logra lenta y constantemente.
Ante la inevitable fatiga y renuencia solo podría gritar maldiciendo, esperando que el universo se sienta un poco culpable de mi ineficiencia como un mortal más.
Cansado de tocar puertas mientras limpio mis pies solo puedo concluir que mis heridas jamás serán algo del pasado. Marcado con dudas y beneficios huecos trato de encubrir la triste verdad... Nunca estaré de pie.