Me traiciono nuevamente...
Mi cabeza da vueltas, repasando el guión de mi cabeza una y otra vez, retocando errores para lograr una escena más dramática... una que rompa mi alma con fuerza para sentirme más débil. Para creer que de verdad el mundo gira a mi alrededor y creer que todas las decisiones me afectan.
Para justificar mi tristesa.
Ya que mi corazón es pequeño, mi pecho no palpita y solo puedo darme el lujo de sufrir.
Somos realmente aptos?
Podemos de verdad sentirnos sadisfechos con los pasos que damos? Con lo que hacemos?
Es increíble creer que solo somos un suspiro en el viento, una gota que se perderá en el mar.
Aún así puedo asegurarlo... Presenciamos a alguien increible, implacable, incansable, convencido de siempre avanzar.
Y hasta ahora entiendo, un poco tarde, que deseo poder llegar a ser como el.
Deseo sentirme cercano a el.
Y si bien la cuesta no será sencilla, lo intentaré, una y otra vez, hasta verme sadisfecho de seguir el sendero. Sin traicionarme, como el lo quería.
El es más que un hombre, es una montaña que mira como su igual al sol y gentilmente le pide espacio para seguir creciendo.
